Pierre MATEO, Président du Devoir de Valencia a été interviewé par Natalia Calderón, correspondante à Paris de la revue colombienne "TENTEMPIÉ".
ARTICLE PUBLIÉ le 15 mai 2011
En el nombre de Baco, dios del vino…
Revista Tentempié habló con Pierre Mateo, presidente del Devoir de Valencia (España), quien nos contó sobre una asociación de embajadores de los vinos del Beaujolais, su terruño natal.
“En el nombre de Baco, dios del vino; de Noé, padre de los viñedos; y de San Vicente, santo patrono de los viñadores, te hago compagnon” dice el gran maestro tocando con su cetro los hombros y la cabeza para oficializar la entrada de un nuevo compagnon (oficial, compañero) al Devoir. Con esta ceremonia pagana y encantadora, se le da la fraternal acogida en el Devoir a todo nuevo integrante.
Los compagnons son los integrantes de este grupo y están vestidos con un uniforme acorde con su actividad: delantal verde para estar listos para el trabajo, un sobrero negro que los protege del sol, y lo más importante, su taste vin, una copita que tienen colgada alrededor de su cuello para estar siempre listos para degustar algún vino. Todos están reunidos por el amor al vino, y las ganas de cultivar la amistad. Su misión es dar a conocer y mantener viva la tradición de los vinos de las doce apelaciones distintas de la región del Beaujolais.
Como en las órdenes religiosas, hay una casa madre que queda en el corazón de las tierras del Beaujolais, en Villefranche-sur-Saône, y tiene Devoirs que serían como “embajadas” -por así decirlo- por todo el mundo. Pero de ahí no pasa su lado religioso, ya que si bien su vocabulario retoma algunos términos medievales comúnmente usados en rituales religiosos, los miembros del Devoir se definen a sí más como una asociación para la promoción de los vinos del Beaujolais.
El “Beaujolais Nouveau”, tal vez el más conocido de todos sus vinos, ocupa un papel importante por lo familiar que se ha vuelto el ritual de su apertura, fiesta que se celebra anualmente en varios países del mundo, incluido Colombia. Cuenta la leyenda que este Beaujolais joven, por ser un vino sencillo y de consumo diario, abastecía los bistrós de Lyon y París, y era extremadamente popular. Hacia el mes de noviembre, cuando llegaban los barcos cargados con los barriles, lionenses y parisinos gritaban de emoción: “Le Beaujolais Nouveau est arrivé!” (“¡Llegó el nuevo Beaujolais!”). Lo emocionante del asunto es que el Beaujolais es el primero de todos los vinos de la cosecha del año, que termina sólo unos meses antes, que podía se puede destapar. Verdad o leyenda, lo cierto es que la historia del Beaujolais Nouveau le ha dado vuelta a la faz de la tierra y se celebra con esa conocida frase. Así tenga un lado comercial, es ante todo una oportunidad para reunirse en torno al placer de compartir, que es, de nuevo, una de las prioridades de los Compagnons.
¿Pero qué quiere decir exactamente Beaujolais? Primero es una región en el departamento de la Borgoña, donde se producen 12 apelaciones de Beaujolais y entre las cuales están “Beaujolais” y “Beaujolais –villages” que son las que consagran la mayor parte de su producción al descorche del tercer jueves de Noviembre. Estas dos apelaciones, si bien son las más conocidas, tal vez no sean las que mejor representen el resto de lo que produce esta región. Diez otras apelaciones mucho más complejas y que se degustan cuando han sido mejor añejadas hacen parte del universo de vinos que los Compagnons comparten con tanto esmero. Entre ellas se cuenta el Julienas, el Brouilly y el Saint-Amour. Cada Devoir se una vez al mes para participar en una actividad alrededor del vino: una conferencia, o una cata. Así se cultiva la amistad.
Si bien es cierto que otras regiones vitícolas son más reconocidas, algunos vinos crudos de la región Beaujolais no tienen nada que envidiarle a sus hermanos de otras regiones. Cuando pregunté acerca de la guía que publica Robert Parker (un famoso catador que maneja una influyente guía de vinos independiente), Pierre Mateo admitió que aunque fuera muy comercial, era interesante promover las catas y las clasificaciones de los vinos. Sin embargo lo que le reprocharía es que Parker aprecia un “cierto” tipo de vinos que han sido cultivados en barriles de madera y que tienen un “cierto” tanino, y los viticultores ahora intentan hacer algo parecido a esos vinos que él aprecia para estar mejor clasificados. “El resultado es que cada vez más los vinos tienden a homogeneizarse, y pasamos de vinos de terruño a vinos de cajón”, nos dice. Por eso, los Compagnons se empeñan en que cada vino pueda conservar su carácter propio, eso que lo hace único e irrepetible. Pierre Mateo, un verdadero apasionado por esta cultura vitícola, compara al viticultor con un pintor ya que, según él, sus trabajos son similares: “Como la pintura, los vinos despiertan los sentidos, y trabajar un vino es como trabajar un lienzo; al final se obtiene una obra de arte”.
Y para terminar esta entrevista, una pregunta obvia sobre cuál es el Beaujolais favorito del gran maestro del Devoir de Valencia: la respuesta es más que obvia para él: Moulins à vent, sin duda alguna, dice. Y la razón no es que sea el “señor soberano” de los Beaujolais como lo apodan, sino una razón más entrañable: su infancia, que paso a Romanèche-Thorins, cerca del famoso molino, hace que aprecie esta denominación por encima de cualquier otra. Pero como buen Compagnon, acepta que cada gusto es muy personal, y otro podrá decir con la misma certeza que su favorito es el Brouilly o cualquier otro.
Historiadora y politóloga de la Sorbona y de la Escuela de altos estudios en ciencias sociales -EHESS- . Amante de los viajes, la cocina y los temas humanitarios. Corresponsal desde París para la Revista.
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